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Reportajes

Fuerteventura Moto Off-Road 2017

Pero ¿Qué hago yo aquí?

Les recomendamos leer la aventura vivida por Chano Gómez. Un interesante relato vivido y contado en 1º persona, en la FTV Moto Off-Road 2017 . Sin duda les enganchará.

30/03/2017

Pero ¿Qué hago yo aquí?

“Pum pum, pum pum” el corazón en un pálpito, siento el sudor recorriéndome todo el cuerpo, la respiración algo agitada, no oía ni el motor de mi moto, sólo me preguntaba mientras miraba la bajada pronunciada de tierra suelta con final en una lengua de arena por la que se suponía que tenía que pasar, que qué hacía yo allí.

A ver.. ¡concéntrate Chano!, me decía a mí mismo, recuerda lo que te acaban de enseñar bajada controlada con el freno trasero y una vez llegue a la lengua de arena desplazar el peso hacia tras para que traccione bien la rueda trasera y gas para que no se entierre la delantera… ¡ah! Rodillas algo flexionadas, ¡ah! Manos bien agarradas pero brazos relajados, ¡ah! Los movimientos son al contrario que en asfalto, ¡ah! Los hombros en paralelo al manillar… ¡mierda! muchas cosas para ser la primera vez en este entorno, es imposible que sea una práctica para un principiante. Esto da algo de miedo, o algo más que algo. Pero, ¿qué hago yo aquí?

Pero ¿Qué hago yo aquí?

 Cuando me apunte al evento me pareció una oportunidad genial para iniciarme en tierra, algo que me llamaba la atención poderosamente, si encima los profesores son gente experimentada y reconocida en este mundo como Jorge Gómez, Jaume Von y Martin Solana, si además está organizado por Borja de AOR Canarias y contamos con la veteranía de Raúl, es una oportunidad que no puedo dejar escapar para iniciarme. Por eso estaba allí y aunque en un principio hubo momentos de dudas ahora no me borro la sonrisa de la cara recordando mi participación en Fuerteventura Offroad 2017.

El evento fue desde el pasado viernes 24 al domingo 26, comenzamos con una corta pero interesante clase teórica sobre posicionamiento en la moto y cómo afrontar ciertas situaciones en tierra por parte de Jorge y Jaume. Enseguida a rodar, en un principio por pista más o menos sencillas hasta llegar a la playa de Garcey, ahí empezaron las dificultades con bajadas y subidas por ríos de arena y tierra suelta, empezaba a entender lo que significa llevar una maxi-trail de 260 kilos por ese terreno. No sé muy bien como lo hice, pero logre pasar sin caerme, incluso divirtiéndome junto con mis compañeros, animando y festejando cada paso exitoso de cualquiera de nosotros y ayudándonos los unos a los otros.

Pero ¿Qué hago yo aquí?

De ahí partimos hacía los arenales del parque de Pájara, camino angosto, mucha arena, piedras sueltas y para poner más emoción… se nos hizo de noche. Ufff mi cupo de emociones para el primer día ya estaba más que superado, no esperaba tanta emoción y adrenalina. Sé que para compañeros más acostumbrado a esos terrenos fue divertido para mí fue divertido, pero también muy intenso. Encendí mis faros antiniebla y el camino se abrió ante mi mucho más nítido y amistoso. Me alegré de cada euro gastado en esos faros, y con esa iluminación la moto me parecía una pequeña nave espacial, fue cuando recordé que en esa zona se grabaría la próxima película de Star Wars y pensé, “bueno podré decir que mi Super Ténéré paso por donde pasa el Halcón Milenario”. Al terminar la ruta me sentía eufórico fue una experiencia genial y la guinda para terminar el día.

Pero ¿Qué hago yo aquí?

Sábado 25. Tras unas interesantes presentaciones por parte de Jorge, Jaume y Martin, Borja nos dio un recordatorio de lo aprendido el día anterior y una introducción a Roadbook. De ahí partimos hacia una ruta turística por el municipio de Betancuria hasta llegar al punto de inicio para la práctica de navegación con el Roadbook. Una vez reunido para que Borja fuera dando las salida uno a uno, veo un humo negro e intenso que salía de una casa cercana, lo comentó y  Edu con experiencia como bombero me confirma que es un incendio y sale rápidamente hacia la casa, los seguimos unos cuantos y bajo las indicaciones de Edu ayudamos a sofocar el incendio del pequeño garaje.

Pero ¿Qué hago yo aquí?

Así que ya con olor a humo me dispuse a hacer la prueba. Veo a algunos de mis compañeros que me preceden, por error y tan sólo en los primeros 50 metros de la prueba, no eligen bien el camino y se meten en pequeño terreno de una casa terrera, no paro de reír internamente al pensar que, qué pensarían los dueños viendo a varias motos entrando por su casa con caras de despistados. También pensé, “joo si no somos capaces de coger el primer desvío en un camino sencillo, lo que nos espera será de risa” y no estaba equivocado. Navegar siguiendo el Roadbook, atento a la distancia recorrida en el trip de la moto, intentando mantener la moto por esos terrenos y atentos a las señales que teníamos que buscar para orientarnos -palmeras, montañas, rocas, etc.- no era nada fácil.

Pero ¿Qué hago yo aquí?

Todo iba más o menos bien hasta que el en Roadbook me aparece la indicación que podía tomar el camino fácil hacia la izquierda y el más difícil de frente. Juro una y mil veces que estaba convencido de haber tomado el fácil, la izquierda, pero no, habré tomado la otra izquierda porque la ruta se complicó mucho, al menos para mi con la poca o nula experiencia que tenía. De hecho me fui al suelo dos veces, tengo un par de parcelitas por algún barranco que no sé ni donde están porque andaba perdido. Estaba tan agotado de tan sólo de intentar mantenerme en la moto que no podía levantarla solo, así que decidí descansar hasta recuperar fuerzas, pero en ese momento aparecía algún compañero y me ayudaba. Eso me permitió seguir sin retrasarme mucho y llegar al punto de control para seguir con el siguiente tramo.

Pero ¿Qué hago yo aquí?

Para entonces ya tenía mi lesión de hombro muy magullada y el dolor empezaba a ser importante pero no quería abandonar. Así que comencé el siguiente tramo. Y me concentro en las indicaciones de Roadbook: 0.85 FV-109 ROT, 0.85 ROT (V) (30), 0.95 ROT [illy]. Parecía que todo iba bien, aunque no recordaba muy bien lo que significaba todas esas nomenclaturas. De repente una indicación para bajar un barranco que a mí me parecía una broma, no podía ser por ahí, paro la moto, camino un poco para ver si había otra desviación pero… no, es esa, así que bajo y con dificultad voy avanzando, cuando llevo mucho camino recorrido logro tener una visión de algunos kilómetros tanto delante de mí, veía incluso El Cotillo allá al fondo, como detrás y… no había rastros de compañeros.

Pero ¿Qué hago yo aquí?

No se veía a nadie, ni el polvo que deberían estar levantando con sus motos, nada a kilómetros por ningún lado. Era un lugar lleno de vacío, sólo yo, mi moto, tierra y arena a doquier y esa sensación de perdido y abandonado. Y eso que estaba en Fuerteventura, no te digo nada si estuviera en el Dakar o algo así, sólo pensarlo me acongojaba. Asumo que me he perdido y decido volver a subir todo el barranco para llegar al último punto de Roadbook conocido. La subida entre el calor, el acongojo y la incertidumbre se me hizo eterna. “Concéntrate en el camino y punto”, me dije, así que poco a poco avancé y cuando estaba llegando… me encuentro a los profesores que iban de “escoba” bajando. “Ibas bien” me dicen con una sonrisa. jooo otra vez a bajar. Cuando finalmente llegué al punto de control el hombro ya decía basta, pero una cerveza fría y un bocadillo con la que nos esperaba Javier con el 4X4 de apoyo me ayudó a relajarme un poco. Aun así, decido ir directamente al hotel, tenía muchos kilómetros por delante y si dejaba que se me enfriara el hombro mucho quizás lo pasaría muy mal para llegar.

Pero ¿Qué hago yo aquí?

El Domingo 28. Fue todo mucho más relajado, rutas tranquilas hasta la punta del faro y a la Playa de Cofete. Día dedicado a disfrutar del paisaje, hacer fotos y empezar a relajarnos antes del regreso. Una comida muy agradable para contar las anécdotas de cada uno y empezar a interiorizar la gran experiencia que fue. Para mí un aluvión de sensaciones y estados de ánimo. Temor, alegría, risas, sudor, mucho sudor, alguna frustración, satisfacción, cansancio, entusiasmo. En fin, lo que debe ser una aventura.

Gracias a todos, organizadores, profesores y compañeros por haber hecho de ese fin de semana una grandísima experiencia como bautismo en offroad. Un abrazo a todos.

Chano Gómez.

Pero ¿Qué hago yo aquí?

Desde Motor al día 7 agradecemos especialmente a Chano las molestias tomadas en escribir su relato para que todos podamos hacernos una idea de lo que es vivir una aventura Off-Road en una isla como Fuerteventura.

Nos hemos propuesto repetir esta aventura, ¡eh Chano! ¿te apuntas?

FOTOS: Organizacion A.O.R. Canarias

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