El motor es la clave

Hoy traemos a las páginas de Motor al Día 7 un coche con mucha tradición racing en Canarias, es el Honda Civic Type R de 2007 propiedad del piloto grancanario Marcos Hernández.

Este modelo en concreto estaba en Tenerife a medio hacer y fue el propio Marcos el que lo rescató apara terminar de montarlo y participar con él en algunas pruebas de Rallys, aunque su debut ha sido en la pasada Subida a Fataga y San Bartolomé en donde consiguió ganar la clase 3 en ambas pruebas y la segunda posición en grupo N, rematando la jornada con una undécima plaza de la general en San Bartolomé.

Por supuesto volvimos a elegir el Circuito de Maspalomas para hacer la prueba Racing de este Honda Civic Type R (modelo EP3) del año 2007, que todavía tiene mucho que decir en la competición.

El día de la prueba el coche estaba acabado de terminar, faltándole todavía algunos detalles y sobre todo la puesta a punto, aunque la base parecía ser lo suficientemente sana como para atrevernos a dar unas vueltas y poder tomar contacto con este coche.

Se nota, nada más entrar en el coche, que su dueño es un “pijero” o dicho de otra manera un amante de los detalles, el aspecto es impecable con unas barras antivuelco específicas para este modelo firmadas por Custom Cages M45. También se nota el aligeramiento permitido en grupo N, con algunos paneles de fibra de carbono, así como los refuerzos necesarios en todo coche de competición.

Todo motor

Los modelos Type R se ha caracterizado siempre por sus espectaculares motores, más parecidos a una moto que a un coche y me explico. Su especial sistema de tratar los árboles de levas, con un sistema variable, hacen que este motor suba hasta las casi 10.000 rpm, sin apenas muchas modificaciones ya que en grupo N poco se puede hacer. En este caso dispone de una electrónica específica, con posibilidades de ampliación, una línea de escape homologada en grupo N, un filtro de aire menos restrictivo y poco más, con lo que Marcos nos dice que está en torno a los 230 CV.

En cuanto al chasis, además del ya comentado refuerzo de la carrocería y las barras antivuelco, que le dan una rigidez importante al conjunto, las suspensiones las sirve Öhlins (dos vías) con lo que las posibilidades de reglaje se multiplican. Además, los frenos son de serie, siendo este su Talón de Aquiles (de momento) ya que no están del todo correctos para la potencia y puesta a punto del chasis.

Pero lo que sí ayuda es una caja de cambios de dientes rectos con sincronizados y seis relaciones, que unidos a un autoblocante hacen de este apartado el completo perfecto para sacarle todo el partido al motor.

Un tiro

Como no podía ser de otra manera, lo que marca a este coche es su motor, que es más que el alma de este coche. Su respuesta es increíble y aunque en un principio no nos creemos que sube hasta las 10.000 rpm, en muy pocos metros nos damos cuenta que es toda una realidad. Es un auténtico placer subir de marcha en este Type R, parece una “moto” y para mi gusto funcionaría de maravilla en las carreras de circuito, aunque su piloto lo quiere utilizar para rallys.

Las suspensiones de comportan bien, pero bajo mi modesta opinión creo que debería bajarse un poco más la carrocería (si se puede en grupo N) y quizás ablandar un poco los muelles, para de este modo buscar transmitir mejor los caballos al asfalto. Las primeras vueltas al Circuito de Maspalomas fueron bien, pero conforme fuimos aumentando el ritmo salieron a relucir la falta de puesta a punto lo que, unido a unas presiones de neumáticos adecuadas, me complicaron un poco las apuradas de frenada y en algunos momentos falta de tracción, que hacía alargar demasiado la trazada. Hay que decir que la base de este coche es excelente y solo será cuestión de tiempo cuando Marcos lo haga hablar canario.