Competición
IV Enduro Arguineguín
Recuerdan el refrán de los viejos western. Aquello de... "Les hicieron morder el polvo". Pues así acabaron la treintena de pilotos que participaron en este clásico de Mogán
No sin una amplia sonrisa de satisfacción por el esmerado curro que un año más, brindó unos viejos rockeros y su equipo, como los hermanos Guerra. Joshua, Rayco, como una concejalía de deportes comprometida con su proyecto como la de Luis Becerra.
Y es que con esta cita, ya son cuatro escalones los que construyen un consolidado evento de enduro en las costas de Arguineguín. Juntar una parrilla de 32 motos con la flor y nata del archipiélago hace pensar en el buen momento para seguir trabajando la tierra y que las competiciones ganarán enteros si alimentamos su esencia.
El nuevo "Moto club alto y bien" tiene un bonito borrador para evolucionar en una tierra de nadie, antiguas plantaciones de zafras de tomateros, que perecen resecas de sol y sed en esos barrancos del sur grancanario, donde ni la vegetación existe, ni el impacto medio ambiental es más atentado que sus explotaciones descontroladas del boom turístico del pasado
Pero centremos la mirada. Arguineguín siempre fue tierra de motoristas, de amantes de las dos ruedas, de grandes eventos históricos del motociclismo canario, desde que en el mapa de las carreteras canarias apareciera el "non plus ultra" de las aventuras por pistas de tierras lejanas y acantilados donde Mogán o la aldea de San Nicolás eran gloria de los camioneros del transporte del tomate.
Desde que nuestro amigo Alfredo "Cuantonera" extendiera su pasión por las carreras en los pagos del pajar hacia abajo del puerto sureño y los escasos setenta años de historia, pensamos que las estrellas se alinean de nuevo para definir proyectos con un futuro esperanzador.
El equipo humano es el factor primario de todo esfuerzo, el compromiso municipal la piedra angular de la obra, la visión deportiva de escalar peldaños cimentando un gran evento de futuro sin prisas, sin pausa, para enriquecer el objetivo.
El acierto de separar en varias jornadas la fiesta del enduro, añadiendo esas pócimas de espectáculo nocturno y entretenimiento en una prólogo y un shows Outdoor de luces y sonidos, alimenta esa fiesta de la moto, que define completa una agenda ambiciosa del proyecto. La ubicación entre viernes y sábado un acierto que libera el dominical de la familia.
El día grande del Enduro, sin duda, debe ser una fiesta de sincronización deportiva con una buena interzona abierta y rural kilométrica con varias especiales en escenarios distintos para no saturar, ni sacrificar la vecindad y en esa línea garantizar la supervivencia y sembrar cosecha.
La fiesta del Enduro de Arguineguín fué intensa y regional. Los mejores pilotos de Canarias apostaron por no fallar y agradecer el esfuerzo del municipio sureño. En la competición de las categorías E1 y E2, con el grueso de participación fue una apoteosis espectacular. Donde la vara de marcar el ritmo de carrera, tocaba fustigarla al campeonísimo Miguel De la Rosa, que ve como su escuela va sacando alumnos aventajados. Y la guerra inmediata se distribuye desde otras islas. Fuerteventura con un desconocido Oscar Adrian Guerra. Finísimo y sorprendente. Gran Canaria con el despertar de un gigante como Borja Sosa, que por fin puede demostrar su afinada técnica. En E2 Javier Padilla quien marca el ritmo, con Sergio Vera y Abrahan siguiendo su estela y de ahí para abajo una gran parrilla mordiendo el polvo.
En E3. El hombre del norte Miguel Suárez al que le seguía, el trialero Iban Salazar en su debut, cerrando pódium Daniel Llanos. En infantiles la gran promesa consolidada y combativa de Santi Hernández y en féminas una lesionada Xenia Melian sufría más de lo normal.
La "Hill Climbing" o subida imposible, es para dar espectáculo en el calentamiento de la prologo y no debe decidir, ni penalizar la competición del enduro genuino, simplemente por que son modalidades diferentes y aunque complete el perfil de un gran endurista, sacrifica la lucidez de los tiempos y clasificaciones finales. Conociendo de la experiencia y voluntad de Joshua y su equipo, sabemos que perfecciona cada nueva cita y ya apuntan soluciones
En líneas generales después de un año atípico, de pandemia y rarezas. Las modalidades de la tierra; Enduro y trial. Se han erigido como bandera de esperanza del motociclismo grancanario, en un nuevo despertar. Ojalá y estas premoniciones sean algo más que pasiones de unos días y el consuelo sea revisar la historia, para definir desde el Primer Rally Gran Canaria de 1954 que estamos en la recta de los 70 años de competiciones de motos en Canarias.
Y en aquella cita, la tierra y su evolución era una aventura deportiva apasionante hoy con esa solera, no podemos seguir siendo un guiño al pasado, con la suerte de ver como las instituciones se involucran más y mejoran nuestras inquietudes, solo necesitan de buenos proyectos como este y gente comprometida al frente. Los chicos de Arguineguín lo tienen claro, Felicidades currantes, a por la quinta edición
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